es una de las palabras más antiguas utilizada para señalar a los homosexuales y podemos encontrar esta misma expresión y sus derivados en muchos idiomas europeos, como son, Bujarrón en español, Buzerant en eslovaco, Bugger en inglés, Buggerone en italiano o Bougre en alemán.
Tiene su origen en la voz latina medieval “bulgarus” y hace referencia a los búlgaros, a los que a partir del siglo 10 la Iglesia Católica identifica con la herejía bogomila, de tendencia maniquea y que entre otras cosas renegaba de la jerarquía religiosa y de algunos sacramentos como el matrimonio. En un principio, por lo tanto, el término únicamente identificaba de un modo muy genérico a los herejes, pero no se tardó mucho en relacionar a estos herejes con toda una serie de prácticas consideradas aberrantes y pecaminosas, entre las que evidentemente destacaron las de índole sexual.
Así, en la Francia del siglo 12, el término Bogre (forma anterior de Bougre) aparece para señalar a los herejes, y en el siglo 13 nos consta el uso del término feminizado Bogresse, que curiosamente se utiliza para nombrar a las mujeres a las que se acusa de prácticas “contra natura” (entendidas como cualquier tipo de práctica sexual no reproductiva). De esta forma vemos como, con mayor frecuencia, se empieza a asociar la herejía con la sodomía, hasta que en el siglo 14, tanto en Francia como en Italia, el término se convierte en sinónimo de sodomita, usándose para señalar al homosexual activo en oposición al homosexual pasivo para el que se preferían otros términos como “Bardache”.
Este significado se irá extendiendo por otros países como España, donde la primera referencia escrita de Bujarrón data de 1465, y sigue utilizándose aún hoy en día con este significado en los países de habla hispana. En Inglaterra el término Buggery, que aparece por primera vez en 1333 relacionado con la herejía, no se documenta en su sentido sexual hasta la Buggery Act (1533), una ley que castigaba la sodomía. Bugger, con este sentido, se sigue utilizando en mayor o menor medida en la actualidad.
Sin embargo en Francia el término Bougre y sus derivados siguieron una evolución diferente y a día de hoy ya no hacen referencia a herejes ni homosexuales, habiendo perdido incluso muchas de sus connotaciones negativas.
A partir de finales del siglo 16 el término Bougre, que aunque en general y sobre todo en el lenguaje más culto y académico mantiene el carácter peyorativo asociado a la sodomía, empieza a banalizarse y adquiere un cierto tono condescendiente e indulgente mezclado incluso con algo de simpatía, usándose en frases como “un bon bougre” (un buen hombre) o “un pauvre bougre” (un pobre hombre o incluso un pobre desgraciado, en el sentido más piadoso y condescendiente ). También lo encontramos usado de modo admirativo «ah, le bougre!!» o incluso como sinónimo de “chaval o chavalin” en algunas de las variantes dialectales regionales francesas.
A éstos, con el paso del tiempo, se les irán sumando otros usos como el de “bougre de…” (especie de…) seguido por algún tipo de adjetivo peyorativo del estilo “especie de idiota” o “especie de tacaño”, o simplemente usado como una palabrota sin significado concreto del tipo “bougre!” (mierda!, joder!). Y lo mismo ha ido ocurriendo con los términos derivados como Bougrerie que ha pasado de significar sodomía a referirse a «jugarreta», o Bougrement que podría traducirse como “mucho” o “extremadamente”. Hoy en dia, en francés, la asociación del término Bougre a sodomita no es evidente y pertenece a lo que podemos llamar el francés antiguo.
Variaciones Bougrant, Bougre, Bougré, Bougrerie, Bougeron, Bougeronner, Bougeronnerie, Bougrin, Bougrinière, Bougrino, Bigre ,Bigreme.
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